Cuando empiezan a bajar las temperaturas allá por octubre siempre nos planteamos la misma circunstancia: ¿Es momento de instalar calefacción central?, ¿es una necesidad o un capricho?, ¿conviene usar otros aparatos?
Al final entre una cosa u otra, acabamos por tirar de la clásica manta que nos llevamos hasta al baño y de aparatos portátiles sin reparar en que puede que estemos haciendo más gasto que con una calefacción centralizada y, lo peor de todo: en nuestra casa debemos sentirnos más a gusto que en cualquier otro lado, y tiritando de frío no es la mejor forma.
¿En qué momento plantearnos la calefacción central?
La principal razón por la cual no instalamos de entrada calefacción central es porque podemos llegar a pensar que es un gasto importante y cuyo mantenimiento eleva la factura, por lo que la primera razón a tener en cuenta para sopesar su adquisición es el coste.
La primera pregunta que nos debemos hacer es: ¿Pasamos frío o es un mero capricho para estar a una temperatura ideal? Si la respuesta es la primera opción no lo debemos pensar más y buscar alternativas económicas si no disponemos del dinero necesario, ya que insistimos: lo más importante es encontrarnos a gusto en nuestro hogar.
“Al momento en el que, en nuestra propia casa, donde debemos estar acogidos y a gusto, pasamos frío y malestar, debemos plantear la solución de instalar calefacción”
A día de hoy existen microcréditos que nos ofrecen en minutos hasta 600 euros que nos pueden servir para la instalación de la calefacción, incluso si tenemos apuros económicos, existen créditos rápidos en internet con ASNEF.
Cuándo compensa la calefacción central
Aun teniendo facilidades para acceder al dinero que pueda permitir su instalación, podemos pensar que sigue sin compensar la adquisición habiendo en el mercado calefactores y radiadores a buen precio.
Esta afirmación puede ser cierta si limitamos el uso de estos aparatos a la habitación en la que nos encontramos, esta es de pequeño tamaño que no cuesta calentar y no usamos una máxima potencia durante horas o incluso el día entero.
Al momento en el que el uso de estos aparatos es numeroso (uno por estancia por ejemplo), acostumbramos a tenerlos operativos en todo momento en el que nos encontramos en la casa y no podemos movernos por nuestro hogar sin ir desplazándolos, no sólo la calefacción central es la solución para mantener todas las estancias a la temperatura adecuada por motivos de comodidad, sino también en el tema ahorro en la factura eléctrica.
Trucos para ahorrar con la calefacción central
Para que en la factura no haya sorpresas y realmente sea la solución la instalación de calefacción central para poder ahorrar, debemos poner en práctica unos sencillos consejos que nos ayudarán a reducir la factura a la par que nos sentimos ampliamente cómodos en nuestra casa.
- La calefacción central no es un horno: esta debe ser la máxima a seguir a la hora de controlar su uso. A la hora de programar la temperatura del termostato, debemos tener en cuenta que no estamos en agosto y que, por tanto, por mucho que nos apetezca, no tenemos que ir en pantalón corto en pleno noviembre. La temperatura óptima está en torno a los 18 grados (20 si venimos del exterior y queremos un aporte de calidez extra), más temperatura significa forzar constantemente al aparado y por tanto, gastar innecesariamente.
- Tener calefacción no significa “adiós mantas”: enlazando con el anterior punto, por tener calefacción central no significa que tengamos que suprimir ropa de abrigo. La calefacción central nos ayuda a un ambiente acogedor y a no tener que ir con chaquetón por nuestra casa, pero si podemos perfectamente pasar la noche con un buen edredón, mejor hacerlo así que no usar la calefacción toda la noche.
- La calefacción no es algo “de diario”: debemos evitar poner la calefacción desde el día 1 del comienzo del otoño hasta el último día de invierno. Habrá días de frío que será necesario pero otros días donde las temperaturas sean más amables podemos prescindir de su uso, sobre todo a horas en las que dé el sol si vivimos en un piso exterior.
Con estas tres sencillas y lógicas pautas, haremos de la decisión de instalar calefacción central algo de lo que nunca nos arrepentiremos, si al momento de que nos llegue la factura.