Dicen que la información da poder y el poder qué no da? La certeza de lo acotado anteriormente viene fundamentada en la lucha por descubrir lo que otros saben, qué hacen y cómo lo logran, eso lo pueden usar para bien o para mal, para beneficio propio o para perjudicar o para ambas cosas. Lo cierto es que debemos ser muy celosos con todo aquello que se nos encomienda.
Es preocupante darse una vuelta por algunas oficinas y notar lo vulnerables que son. Tienen deficientes sistemas de seguridad y control de acceso. Y aun teniendo restricciones, el personal puede ser muy confiado y permitir el paso a compañeros e incluso a terceros hacia áreas que no les incumbe, pasando por encima de algunas normas.
A lo anterior se le suma el descuido con los documentos. Un caso típico es el que ocurre en el área de impresión. Cuántos trabajadores mandan a imprimir archivos y luego no lo retiran, o simplemente se dan cuenta que la versión que enviaron no era la correcta o algo estaba mal y tan solo lanzan al cesto de la basura esos papeles.
El problema con ese tipo de acciones mencionadas, es que puede venir cualquiera y leer algo que no le corresponde. Hay agentes espías y esto no es únicamente de películas, fácilmente le pueden pagar a quien esté encargado de la limpieza para que entregue todos los papeles tirados a la basura, así de fácil. Con lo cual podrán enterarse de muchas cosas que pongan en desventaja a un negocio.
Una política que mitigaría tal vulnerabilidad, es colocar una destructora de papel, para que todo aquello que se deseche sea aniquilado al punto de que sea imposible su reconocimiento, es decir, no basta con romper en cuatro o más partes las hojas, tampoco arrugarlas y botarlas. El picadillo debe ser tal, que nadie los pueda volver a armar o alisar.
Cuando se reciben visitas en la oficina, es otro momento en el que podríamos estar expuestos al robo de información. Los escritorios suelen estar abarrotados de expedientes, oficios, presentaciones impresas, en fin, de mucha información valiosa y crítica.
Por lo tanto, si no tenemos un lugar especial para reunirnos con personas ajenas, se tendría que ser muy desconfiado, pues en cualquier momento podríamos ser víctimas de un hurto. Mientras salimos a buscar agua o café, cuando atendemos una llamada, cuando nos damos la vuelta en busca de algo, es impresionante pero un instante sería suficiente para el malhechor.
Y así muchas cosas más, como anotar las claves y pegarlas en el ordenador. Tener claves muy fáciles d adivinar. Poner datos confidenciales en una cartelera. En conclusión, hay muchas formas de robar información y hay que tomar las previsiones correspondientes.