Tras años y siglos de búsquedas para ahorrar tiempo en nuestra vida diaria, sobre todo a la hora de desplazarnos de un sitio a otro, la llegada de internet ha supuesto toda una revolución al respecto. La red ha hecho saltar por los aires el concepto de movilidad, ya que, gracias a internet, prácticamente no necesitamos movernos de casa para realizar cualquier gestión.
El espacio virtual es mucho más amplio y transitable que las ciudades tal y como las entendíamos hasta ahora, aunque aún faltan algunos pasos que dar. Por ejemplo, es posible hacer la compra mensual online, pero, por ahora, todavía es necesario que alguien nos la traiga a casa. Veremos qué sucede en el futuro con la llegada y el perfeccionamiento de los drones, todo un universo tecnológico por explotar.
Internet acorta el tiempo y el espacio
El avance tecnológico no es que haya acortado el tiempo de los desplazamientos, es que, en ocasiones, ha acabado con la necesidad de desplazarse. La tecnología ha conseguido agilizar los trámites burocráticos. Desde una página web y con un par de clics es posible finiquitar una gestión que años antes nos hubiese ocupado toda una mañana. De hecho, a día de hoy nos parece un atraso no poder hacer ciertas tareas de manera telemática, algo que solo exige la implantación de la plataforma adecuada.
Este ahorro de tiempo se ha extendido a múltiples campos como, por ejemplo, el de las loterías y sorteos. Acostumbrados como estábamos a acudir a la administración de lotería más cercana, ahora podemos conseguir un boleto con nuestros números de suerte preferidos de manera fácil y rápida. Con cualquier dispositivo con conexión a internet, ya sea ordenador, tableta o teléfono móvil podremos comprar la participación en cuestión de segundos. Y ejemplos como este hay miles.
Internet también ha cambiado por completo la manera de enfocar y disfrutar de los videojuegos. Hace años, los videojuegos se reducían a experiencias individuales o, como mucho, de pareja. Internet ha provocado que jugadores de cualquier parte del mundo puedan coincidir al mismo tiempo en un espacio virtual que se cuela de lleno en los hogares de los jugadores. Los niños ya no acuden a casa de sus amigos y llaman al timbre, se encuentran en un espacio común inmediato e infinito, en detrimento, eso sí, de la relación física del contacto humano más directo.
Otro campo donde ha avanzado mucho la virtualidad es en la enseñanza. A lo largo y ancho de internet, ese espacio ilimitado e infinito de conexiones, hay un gran número de cursos de formación y de información a disposición de los usuarios. Clases de idiomas a millares de kilómetros de distancia, clases de escritura, de fotografía… cursos a medida con unidades didácticas preparadas para que cada alumno pueda aprender a su ritmo sobre cualquier materia. La aparición y la difusión de plataformas de vídeo, así como su democratización a la hora de poder grabar y emitir contenido, han dado un vuelco de 360º al modelo tradicional de enseñanza-aprendizaje. Volviendo al asunto de los desplazamientos, el espacio físico y el empleo del tiempo, los lugares habituales de difusión del conocimiento, tales como las bibliotecas y los centros educativos, se han visto desplazados por la ubicuidad y la inmediatez que proporciona el universo global de internet.