A la hora de acometer cualquier tipo de inversión, sea de gran volumen o pequeña, hay que tener en cuenta diversos factores. Uno de ellos, quizás el más básico, es saber la propensión o aversión al riesgo de quien la acomete.
Está claro que, como tantas veces se ha escuchado, a más rentabilidad, mayor riesgo. Es una decisión que cada inversor ha de tomar antes de empezar a depositar su dinero en cada producto, y actuar en consecuencia.
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¿Eres un inversor adverso al riesgo? Sigue estos consejos
Si tuviésemos que hablar de cuáles son los productos con menos riesgo, y que por tanto ofrecen unas rentabilidades más reducidas, tendríamos que hablar de las imposiciones a plazo fijo –IPF por sus siglas- y las letras y bonos del estado.
¿Por qué son las de riesgo más reducido? Básicamente porque cuentan con el respaldo de las entidades financieras que las ofertan –en el caso de las IPF-y con la garantía del Estado en el caso de letras y bonos.
Son dos tipos de entes jurídicos con ínfimas posibilidades de quiebra, con lo que el retorno de la inversión está prácticamente garantizado. En el caso de las IPFs, además, el fondo de garantía de depósitos asegura, en caso de quiebra, el retorno de los primeros 100.000 euros. De ahí que para inversores adversos al riesgo, y con capitales “estándar” sea una de las opciones más escogidas.
A partir de ahí, para alcanzar mayores rentabilidades habría que acudir al mercado secundario en las que podemos operar a través de un bróker como Finmark.
Hablamos de renta variable, en forma de acciones o fondos de inversión. Las posibilidades que ofrecen tanto intermediarios como plataformas online son casi infinitas. Basta tener el acceso a la información, decidir los importes, y estar al tanto de los posibles cambios que puedan darse en las cotizaciones.
Las opciones y futuros, que afectan tanto a acciones como a materias primas, como incluso a los propios fondos, exigen más conocimientos bursátiles, así como de terminología.
El mercado de divisas, que está en un estrato superior de rentabilidad, volatilidad y riesgo es una opción magnífica para aquellos inversores que disponen de tiempo y con el paso del tiempo han adquirido la solvencia como para operar en un mercado que diariamente mueve más de 5 millones de euros en transacciones.
Además con una ventaja: las distintas plataformas que prestan estos servicios cuentan con completos simuladores que permiten aprender a operar sin poner en riesgo el dinero. Una vez que se tiene el conocimiento es el momento de comenzar a invertir en los diversos pares de divisas ofertados.
Por último, tenemos el emergente mercado de las criptodivisas, que gracias a las importantes variaciones intradía que hay en sus precios es una oportunidad de lograr importantes ingresos.
La labor del inversor será estar al tanto de todas las informaciones que salgan sobre este mercado, tan en boga y con fuerte presencia en los medios de comunicación, de tal manera que se mitiguen los distintos riesgos que se puede generar. Porque, y esta es una ecuación que se cumple siempre: a mayor información, menor riesgo.